Este poblado de espíritu lacustre ubicado al sur de la Ciudad de México, es famoso por sus chinampas y los paseos en trajinera a lo largo de sus canales, que evocan tiempos ancestrales donde la Gran Tenochtitlán era una ciudad que se alzaba entre sus aguas. Xochimilco es quizás el último eslabón vivo de la civilización Azteca, un encuentro donde pasado y presente convergen para demostrar que la historia se puede seguir escribiendo, sin derribar lo legítimo e integrando lo nuevo.

Las flores y plantas, son tradición en cada visita a sus mercados y embarcaderos, pues desde que se asentaron sus primeros pobladores, la práctica de la floricultura ha vestido de colores sus chinampas y sus habitantes han encontrado en esta, una de sus principales fuentes de empleo, motivo por el cual es prácticamente imposible resistirse a comprar solo una, ten la seguridad de que volverás a casa con regalos para todos.

Tan importante es la presencia de las flores en Xochimilco, que su nombre significa “campo de flores”, en náhuatl. Otra de sus tradiciones para enaltecer su culto a ellas, es el certamen de belleza “La flor más bella del ejido”, donde la comunidad postula y elige a una de sus habitantes como digna representante de sus raíces, llevándose a cabo una gran fiesta con danzas prehispánicas en honor a Xochiquetzal, diosa de las flores y la belleza.